Una mañana muy temprano, pasó el tren que va al sur. Pesado y con muchos carros. Lento. La gente que quedó de ambos lados de la vía, paró por un momento su actividad. Las mujeres se pusieron al tanto de los chismes que habían surgido en las pasadas horas, los hombres aprovecharon para fumar un cigarro y los jóvenes se fueron juntando, haciendo el alboroto propio de su edad.
El tren que lleva carga al sur, se encontró con el que va para el norte, que corre ligero aunque lento, debido a lo largo que es.
A pesar de su lentitud, nadie se dio cuenta que ese tren al norte, va cargado de personas en cuyas caras se lee expectativa, ilusión, temor. Con todas sus pertenencias metidas en una mochila. Ese largo tren corre ligero aunque va lleno de migrantes, porque los sueños son tan livianos que no pesan.