Una noche de cuento, de novela rosa.
El piel con piel nos llevó al goce infinito.
A ese breve trozo de muerte
que se da con el roce de dos cuerpos.
Tus labios de rubí y tus dientes de perla.
Recorren mi ser con ternura,
sin querer dejar un centímetro descubierto.
¿Es amor?
Agradezco al Ser Supremo que lo sea.
Que lo haya inventado.
Y por sobre todas las cosas,
que me haya dejado experimentarlo.
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