Querido mío:
No sabía cómo empezar. Me costó algo de trabajo porque muy en mi interior, no quiero hacer lo que voy a hacer. Pero después de mucho pensarlo, he tomado la que es una muy difícil decisión. Y aunque estoy convencida de que es algo necesario, no puedo negarte que me duele.
Buscando de qué forma decir “ya no te quiero en mi vida”, me topé con una canción maravillosa. Dice algo así: “Diciembre me gustó pa que te vayas… Qué sea tu cruel adiós… Mi navidad”. Lo consideré una especie de presagio, una señal de que estoy haciendo lo correcto. Así que aquí voy.
Ha sido tanto tiempo de estar juntos, tantas cosas que hemos pasado, siempre conmigo, acompañándome en las buenas y en las malas, que podría parecer injusta y hasta ingrata por ya no querer que sigas a mi lado. Pero, ¿sabes? Últimamente ya no me siento cómoda contigo. Me haces daño. Lo que al principio pudo parecer amor, poco a poco se transformó en adicción.
Recuerdo el día que te conocí. Fue también una Navidad, ¡Pero de hace tanto! Tenías ya tiempo coqueteándome, queriendo que me acercara a ti. Yo te veía con miedo, por lo que me habían contado que me podrías hacer o me podría pasar si me enganchaba contigo. Pero no me importó así que decidí hacerlo esa misma Noche Buena. Era tan joven. Te acerqué a mis labios y subí al cielo. No comprendí por qué todos me advertían que no eras bueno. Si. Al principio me escondía para poder estar contigo. Mi mamá puso el grito en el cielo cuando supo de ti y de mi. Pero poco a poco, ya no fuimos tan socialmente mal vistos.
A todos lados andábamos juntos. Éramos parte el uno del otro. Te agradezco que me ayudaras a escribir los poemas de medianoche. Aquellos en los que hacía falta una palabra y gracias a tu presencia a mi lado, pude lograr concentrarme y encontrarla.
¿Cómo es posible que si tanto te amo, quiera que te alejes de mi? Simple. Ya no me dejas respirar a gusto. Me ahogas. No soy libre, dependo de ti. Y ese no fue el trato. El pacto fue pasarla bien juntos, sin complicaciones. Pero las cosas se salieron de control. Buscarte a medianoche con esta ansiedad que me hace temblar y sudar frío; que seas lo primero que deseo tener cuando despierto por las mañanas, no es sano.
Ya no me dejas salir a caminar, ya no puedo ir contigo a restaurantes, has hecho que mi cuerpo cambie. Incluso mi piel se ha manchado por la ansiedad que me provocas. Y también están todas esas otras cosas que no me dejas hacer. Cómo en las navidades, en que prefiero salirme de la celebración para estar contigo, mientras mi familia abre los regalos, feliz de que no estés presente, porque nadie te soporta…
Por eso este año ya no quiero que sea igual. No pienso continuar del mismo modo. En navidad te conocí y en navidad te quiero decir adiós. Por amor a los demás, pero sobre todo, por amor a mi. De eso se tratan estas fechas, ¿no? De dar amor, de conseguir la paz que no se ha logrado durante el año, de ser mejores. Y contigo ya no lo soy. Ya no quiero esta relación enfermiza, ya no quiero que me hagas sentir mal, ya no quiero que me hagas sufrir.
Te quiero decir adiós. No cómo un hasta luego, si no cómo un adiós definitivo. Quiero que entiendas que aunque me busques o quieras regresar a mi lado, ya no hay vuelta atrás. Que no puedo seguir.
Después de 20 consecutivas, será mi primera navidad sin ti. Así que disfrutemos este 23 de diciembre, que es nuestro último día, nuestra última vez. Porque a partir de mañana, ya no estarás aquí. Me encantas, pero por amor, por salud y por vida, ya no puedes ser parte de mi. Así que adiós, cigarro. Tu serás el último que fume.
No hay comentarios:
Publicar un comentario