Escalofríos recorren mi cuerpo al escucharte.
Escalofríos de terror, de amor, de deseo.
Del sueño de lo que fuimos y de lo que seremos.
De lo que mañana escucharé sin desearlo.
Requerí de tu llamado para comprender lo que provocas
y supe que, por fin, era lo especial.
Toda la música eres tu, eres color y movimiento.
Horror y náuseas de la palabra "P" que me alecciona a reconocer
el grado de inmadurez de mi mente.
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