jueves, 24 de enero de 2013

DOCTOR

Doctor.

Dame una de esas pastillas
que adormecen a los monstruos que viven en mi cabeza.
De las que duermen los pensamientos que me hacen sufrir.

Si.

Dame una de esas pastillas,
de las que secan mis ojos de tristezas y no los dejan llorar.

Dame pastillas, Doctor.

Porque en las noches cierro los ojos y duermo y sueño.
Y no lo quiero.
Es que son sueños de un lugar de ayer,
al que quiero y no puedo regresar.

Por eso necesito esa dulce pastilla.

La que adormece el amor y la mente
y me lleva a diario a trabajar sin desilusión.
Solo un paso tras otro.
Y me permite quedarme allí,
oyéndolo todo sin escuchar.

Por favor, Doctor.
Dame esa píldora que me deje tomar el camión
y que me quite los deseos de ponerme las alas
y lejos de todo esto volar.

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