Tu no sabes nada de amor,
ni de bienaventuranza.
Solo entiendes de cifras oficiales
de como usar los números romanos a tu favor.
De lamer la suela y morder la mano
de aquel que te alimenta.
Te piensas tan omnipotente,
que crees poder borrarlo todo.
Pero algo queda.
Siempre queda.
Queda.
¿Lo quieres en otras palabras?
Solo sabes de engañar, mentir.
Robar el espacio privado de los demás.
De ahuyentar al amor (al verdadero).
De olvidar a los amigos que te ayudaron e hicieron.
Y pensar que todo se esconde tras ese par de ojos bellos.
2 comentarios:
UUUuuuuuhhhhh
A su madre que poderosa roca de montaña haz lanzado.
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