En un murmullo low-bajo.
Muy.bajito.llamado.ronroneo.
Que suena a mordisco en la oreja
made by el tiburón de felpa,
intentando ganar el sitio nocturno de honor
entre mis brazos.
Mentira.
En mi brazo.
El que sirve y no está fracturado.
Como mi vida, que debo reconstruir,
ahora que se que no regresará a mí su mal humor y sus caricias cinicas.
Historias gatininenses que no quise escuchar
y que estuvieron allí desde siempre.
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