Caigo en un llanto
por el que no puedo despertar
de la tristeza
y el dolor que le consume.
Intento desesperadamente recobrarte el blanco,
pero se que es imposible.
Entre olas de profundo sentir
y la ausencia de Eros,
aparece tu angustia y destierro
de la paleta básica.
Aparece la belleza de algo intocable,
lo que no tiene explicación porque es tuyo:
nace de tus entrañas
y de la caída en ese estado
del que salgo cada noche
gracias al polvo de hadas.
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