domingo, 6 de marzo de 2011

LA ISLA VIVA, DESCONECTADA

I
Desembarque en la Isla después de navegar por eones.

II
Disfruto reconociendo mi nuevo hogar. De pronto, el primer contacto se da.

III
Empatía. Invitación a formar parte del ritual. Sé lo que me espera.

IV
Asisto puntual. Y ellos también. Los caníbales comienzan el festín.

V
Al no reconocer mi Divinidad, mueren condenados al sufrimiento eterno.

VI
Ahora soy Cónyuge del Dios de la Isla. Pocos fueron salvos y temen desatar mi furia.

1 comentario:

Efraín Caldera Noriega dijo...

buen final y aun faltara de esa condena divina