miércoles, 28 de octubre de 2015

SIN NOMBRE

Infrahumanos.
Paradójico orgullo de la sociedad
pero lo más bajo también.

Cifras, números.
Hambre que es callada
cada cierto tiempo con limosna.

Animales de carga que cada día
luchan por ser volteados a ver.
Por ser tomado en cuenta.

Con tantas cosas por ofrecer
pero transparentes como un fantasma olvidado.

Sin voz, sin voto.
Con la obligación de dar el todo
y sin la esperanza de alcanzar el infinito.
Con sueños de equidad,
que se acaban en cuanto la pesadilla de la burocracia
les despierta.



Así somos los becarios.

miércoles, 21 de octubre de 2015

TU LUZ

Amado mío, el ser de luz que me comprende,
Me escucha, me siente.
¿Cómo hacer para llegar a tus alturas?
Mis alas están rotas y ya no puedo volar…

Ven a mí, ser Angélico,
baja al nivel de éste ente terreno.
Comprende mi inocencia,
y permíteme comprobar tu grandeza.

Une tu ser etéreo al mío
Y llévame al Nirvana,
a ese sagrado sitio donde el amor
no es como me han dicho.

Sé mío, dulce regalo del destino.
Dame la felicidad que de mi centro,
se ha alejado, huido.
Conviértete en Mi Mentor,
Que yo seré tu más fiel Alumna…

lunes, 19 de octubre de 2015

CUENTO DE NAVIDAD

Al cabo de 10 años de recibir golpizas continuas y sin razón por parte de su esposo, esa Navidad después de abandonarlo ella se prometió no celebrarla otra vez. Y ¿Qué decir del año nuevo? No quería volver a pasar por uno más. El se metió por la fuerza a su casa y la golpeó de nuevo. Por eso el 23 de diciembre del año siguiente, la vida le concedió su deseo: Cayó en un coma profundo por un accidente de auto. Murió el 31 de diciembre a las 23:00 hrs. Ese mismo día, en una de las muchas celdas preventivas de la ciudad, un arrepentido ex borracho y ex esposo se prometió lo mismo. Pero la vida a él le otorgó 30 años de cárcel y una larga y saludable conciencia para reflexionar. Justicia Divina, le llaman algunos.

viernes, 16 de octubre de 2015

TU Y YO NO SOMOS AMIGAS

Aceptémoslo. Algunos nacen con estrella y otros estrellados. O poniéndolo en palabras más claras. No es lo mismo que lo mesmo. En general, todos tenemos alguna habilidad, la mía, sinceramente no es la cocina. Pero la que en este momento te voy a platicar, es la habilidad que no tiene mi hermana. La tecnología y ella son enemigas a muerte. Con declaración firmada y toda la cosa. Y es que pareciera que a mi hermana, la sacaron de la cueva Cromagnon donde vivía y la insertaron en un indescifrable mundo digital. No, no exagero.

Hasta el 13 de febrero de este año, ella era feliz. Tenía una vida feliz, iba a su clase de repostería, feliz. Caminaba por las playas de su hermosa isla Ciudad del Carmen, en Campeche, feliz y tenía un celular para mensajes y llamadas con una lucecita feliz. Pero el 14 de febrero, contrario a lo que le sucede a todo el mundo, que se vuelve amorosamente empalagoso, toda esta melcocha feliz se acabó. Mi adorable cuñado, le regaló un Blackberry… ¡Aww! Y la verdad, si. Confieso que sentí un poco de envidia, porque ¿Cuántas de nosotras no nos sentiríamos dichosas por recibir un obsequio igual? Yo creo que todas casi sin excepción. La excepción que confirma la regla, es mi hermana. En el minuto que tardó en romper la envoltura del regalo, literalmente su vida enloqueció. Primero porque con sus dedotes (como ella misma, les dice, yo no tengo nada que ver en el sobrenombre) oprime más teclas de las que debería, enviando mensajes del estilo “Nbores ve3m0osz adlo ratop”. Que quizá te parezcan graciosos, pero fueron casi causal de divorcio, porque mi cuñado pensó que mi hermana estaba borracha cuando lo escribió. Y es que entre que estaba aprendiendo a usarlo, los “dedotes” y la gran cantidad de funciones que tiene en un aparato tan pequeño, mi hermana le envió un mensaje de amor a mi esposo, regañó a mi papá por no recoger su cuarto antes de irse con sus amigas y le pidió a su jefe que no olvidara comprar la leche antes de llegar a casa. Al final del día, mi hermana no termina con una oración, si no con un Mantra: “La tecnología es mi amiga, no me ataca, es mi amiga…”

Y así puedo contarte mil historias de sus desventuras con la tecnología. Ni la lavadora “inteligente” se salvó de sus garras. Pobre. En una ocasión casi recibió una sarta de patadas porque no quería funcionar. Tan sencillo que era cerrar la puerta de la lavadora… Pero mi hermana, no comprendió esto hasta que llegó el técnico que la iba a reparar, mismo que le explicó con palitos y bolitas que para que una lavadora inteligente funcione, se debe cerrar la puertita y solo así, comenzará el ciclo de lavado. Después del bochorno, mi hermana se sentó un momento a solas y repitió por millonésima vez, su Mantra.

Ella podría ser la del chiste de: Riiing. “Servicio en línea la PC feliz, le atiende Juan ¿Con quién tengo el gusto?”. ”Alejandra, señor Juan”. “Dígame señorita Alejandra, ¿en qué puedo servirle?”. “Señor, mi computadora no enciende, no importa lo que haga o le mueva, no quiere”. “Señorita Alejandra, ¿Verificó que su computadora esté conectada correctamente?”. ”Claro que está conectada. Pues ¿Quién cree que soy? Y no a la corriente, si no al regulador, para que no se descomponga”. Respondería ella enojada. Y el técnico diría “Y ¿El regulador está encendido, Señorita Alejandra?” Y mi hermana contestaría: “¡Oh! Bueno… Este… ¿Si verdad? Gracias por su ayuda”. Click. Obvio repitiendo para sus adentros: “La tecnología es mi amiga, no me ataca, es mi amiga…”. 

Estas deficiencias tecnológicas, a mi me beneficiaban, porque cuando éramos niñas, su enemistad con la tecnología me hacía ganar en los videojuegos. Mientras ella apenas aprendía el uso del control, yo ya me había hecho una maestra del juego. Je, je. Aunque eso no podía durar por siempre y desafortunadamente para mi, mi hermana tuvo por hija un cerebrito de esos que, tecnológicamente hablando, todo lo resuelven.

A sus 11 años, es la encargada de programar el I Pod de su papá, busca el mejor antivirus para la PC, twittea, chatea desde su celular. Su más reciente “chistecito”, consiste en que aprendió a dibujar ¡Anime en Paint! y obviamente, maneja mejor que nadie en su, familia las funciones del celular de su mamá.

Y no imaginas las palizas que me ha dado en todo video juego que osa caer en sus manos. Y conste que no por edad, ¿Eh? Pero es una maestra en el Wii Sport, el Nintendo DS, el Guitar Hero... Y no porque yo sea una viejita, ¿Eh? Si no porque parece que tiene un sexto sentido, un chip integrado o no sé qué, pero su habilidad en el manejo de todo lo que tenga que ver con tecnología, es impresionante. Ella fue quien llegó a redimir a su madre y además, a recordarnos a varios que la actualización constante es básica para no terminar siendo un analfabeta tecnológico.

Por lo pronto, mi hermana ya tiene su “asistencia cercana”, mientras que yo, como madre de una pequeña de 9 años, medio artistoide hipianteca y a la que las computadoras le interesan lo mismo que nada, estoy empezando a sentir lo que mi hermana durante todos estos años: que la tecnología es mi enemiga.

Ah, por cierto. Si sabes cómo Chihuahua se administra un blog, por favor dime. Es que tengo dos horas tratando de entender cómo hacerlo y de verdad que no entiendo na de na… Si, ya se. Debería hablarle por teléfono a mi sobrina para que resuelva mis dudas, pero es que está en horario de clases y no me va a tomar la llamada. Y me da cosa que me conteste la grabadora de su cel: “Si quieres dejar un mensaje urgente, presiona 1. Si quieres dejar un mensaje con attachment, presiona 2. Si quieres dejar un mensaje con gráficos… ” ¡Noo! ¿Yo qué sé de eso? Mejor me espero a que regrese de la escuela y le llamo a su casa. Por lo pronto, le voy a copiar el Mantra a mi hermana “La tecnología es mi amiga, no me ataca, es mi amiga…”

EL FESTIVAL (10 DE MAYO)

Llegó el día más temido por todas las que tenemos hijos en edad escolar: El del festival del día de las madres del colegio. ¿Preparadas? No solo nos toca hacer traje para el bailable o moños y listones para la canción que, indudablemente, será "Señora, Señora". ¿No se supone que en México no deben existir los monopolios? Denisse de Kalafe es la Slim del llanto en este día.

El festival comienza con las palabras del director, siempre ensalzando las características positivas se ser mamis. Cuando todo el año se dedican a decirnos que somos de lo peor, porque no sabemos educar a nuestros monstruos. 

Seguimos con "Las Mañanitas" en la voz de Pedro Infante. Una rifa de trastes de cocina. Y luego con el concurso de baile, las sillas, romper los globos en pareja. Y es en estos concursos donde se ve quienes son las más aferradas, guerrilleras, combativas y de cuidado. Este año no pude participar, pero el que viene no se salvan los globos.

Ya estamos en ambiente y entonces continuamos con otra rifa. La declamación. La canción. El baile. Es una ley que de los 4 a los 6 años y de los 12 a los 15, los niños carecen de ritmo y memoria para los pasos. Pero definitivamente los chiquitos tienen algo que los grandes no. Gracias y simpatía.

Y la comida... Dependiendo del estado de la república es lo que una come. Generalmente las mamás le ceden su plato a los hijos. Yo no. 

Pero definitivamente lo peor de ese día es ser una mami que trabaja y que no le den permiso para asistir. Es muy triste escuchar "No Vino" cuando las nombran y ver que los hijos si están. 
Y aunque la secundariana no bailó, ni cantó, ni fue edecán del evento; asistí y me divertí no porque me lo merezca si no porque cada año lo hago. Disfruto cantando, bailando, concursando. Me río con las ocurrencias de los niños y sobre todo, viendo a los maestros intentando hacer baile sensual para las mamás. 

Pero bueno. El evento terminó y yo me divertí mucho gracias a los maestros, las edecanes, los bailarines y sobre todo, a la secundariana. Si no fuera porque me insistió, no habría querido salir de casa. 

PD
No pude resistirlo. ¡El concurso era de comer donitas y me hacía falta un postre! Y me gané un recipiente de plástico que nunca sobra en casa.

SE ADOPTAN LIBROS

Entre los artistas, se ha dado la moda de adoptar niños. Y si son diferentes entre si, mucho mejor. Hay quienes, en un sentido de bienestar mundial, han tenido la iniciativa de adoptar un árbol. Yo pienso ¿Por qué no adoptar dos? O un bosque entero… A fin de cuentas, a todos nos beneficia ¿O no? Y las buenas conciencias han decidido que adoptar una mascota es excelente para el corazón y la conciencia. Ok. Lo acepto. Recientemente, adopté una hermosa labrador negra de cuatro años de edad, más criolla que labrador. Maltratada por sus anteriores dueños. El abandono, es la forma de maltrato mas duro que existe. Y en mi casa ha encontrado todo el amor que le fue negado.

Pero, ¿Quién adopta libros? Ya muy pocos los leen, muchos menos los compran. Las bibliotecas, antes llenas de lectores ávidos, ahora se abarrotan de laptops en donde algunos prefieren la comodidad de los libros online y los mas “prácticos”, los audio libros.

¿Y los libros impresos? Existe en ellos un romanticismo que jamás encontraremos en la pantalla de una computadora. La sensación de tener uno entre las manos, de pasar sus páginas con dedos ávidos, presionando amorosamente a nuestros ojos para seguir, no tiene igual. Lo acepto. Amo los libros. Y los defiendo de quienes, por inconciencia o por maldad, los dañan, mutilan sus páginas. Incluso si doblan una hoja para separar su lectura. Todo libro merece respeto. Así sea de la artista que, sin siquiera saber hilar una frase, ha hecho de ésta su forma de expresión. O si es del autor a quien le editan libros por mayoreo, porque se venden como pan caliente, pero cuya literatura no es del todo digna de comparación con los grandes. Todo libro es grande por si mismo. Solo por el hecho de que sus hojas, todas ellas, tienen el mismo origen y su manufactura, el mismo proceso de creación. Si, de creación. Porque aunque se impriman por cientos, un leve error de impresión un pequeño cambio en el color de la portada o sus letras, los hace ser únicos. Aunque para nuestro embotado sentido de la vista, sea imperceptible.

Por eso, esta mañana tomé la determinación de adoptar un libro. O miles, los que la gente quiera donarme. No importa su estado físico, no importa su color o edad. Mucho menos importa su filiación política o su sexo. Quiero adoptarlos por amor, no por moda o novedad. Mucho menos para llenarme de ellos y olvidarlos en el librero. Cada uno de ellos, será leído, lo prometo. Y será tratado con el mismo respeto, la misma veneración. En mi casa, encontrarán igualdad y un espacio digno, pero sobre todo, abierto a todo el que desee tomar alguno, sin costo. Tan solo con la promesa de devolverlo en el estado en que le fue prestado.

Se adoptan libros. ¿Tienes alguno? Contáctame. Y descuida. La adopción se realizará con la mayor discreción. No necesito saber el motivo por el cual ya no puede seguir a tu lado. En mi hogar hay un espacio para el. Te espero…

DELICIAS

De delicias te hablaré,
espero no incomodarte,
con esto que escribiré,
sigo con punto y aparte.

Calabazas con tocino,
nos cocinaba mi abuela,
uno que otro plato chino
y pollito a la ciruela.

Caldo de pollo y verdura,
o hamburguesitas caseras,
tacos de asada y de pura
y también dulce de peras.

Gorditas de chicharrón,
ricos frijoles refritos,
pay helado de limón
y tostadas de cueritos.

Con estas delicias y más
mi abuela nos consentía
el pantalón hacía ¡Plas!
de tan llena, lo rompía.

Ah que tiempos tan bonitos
esas épocas yo añoro
cuando nos hacía sopitos
yo tragaba sin decoro.

Disculpen si me les voy
me está ruñendo la panza
como no he comido hoy
esta gorda se desguanza.

NO CUALQUIERA

Nos sacaron a pasear por primera vez a mis hermanos y a mí. Sentir el aire en la cara fue maravilloso, aunque íbamos todos apretujados en el camión y uno de ellos se hizo del baño. ¡Con razón nos dicen que somos unos marranos! Pero eso ya no importa. Nos llevan a un lugar que creo es muy divertido, porque los que han ido antes, nunca regresaron. ¡Estoy tan emocionado! ¡Ya quiero llegar! Nos estamos acercando. Puedo ver el letrero, aunque no se leer pero escucho los gritos de otros como yo. ¡Soy tan afortunado de estar aquí! Y es que no a cualquiera escogen para salir. Gritos, más gritos. ¿Un parque de diversiones? Parece que sí. El hijo del chofer del camión lee lentamente “RASTRO MUNICIPAL”. Aquí vamos…

EL AMOR VERDADERO SI EXISTE (KIKE)

Antes que nada, quiero advertirte que a veces, solo a veces, divago en temas diferentes al de mi plática. Pero te prometo que siempre tiene algo que ver y que cuando lo noto, regreso al tema original. 

Hoy en día, casi por regla general, las mujeres somos educadas con la idea de que hay que cuidarnos de los hombres. Esos seres malévolos que no dudan en hacer y decir lo que sea para obtener lo que desean de nosotras: Si. ESO que te estás imaginando. No en vano existe una “cultura feminista” que toma fuerza día a día. Pero el feminismo es igual de nefasto que el machismo. Creer que los hombres solo piensan con la cabeza de abajo, es algo equivocado. Curiosamente, fue el Icono del Macho de la Época de Oro del Cine Mexicano, el que se encargó de abrir una puerta a este respecto. Me refiero a Pedro Infante. “Pepe el Toro”, un macho con actitudes por demás absurdas, lloró con tanto desconsuelo la muerte de su hijo, que lejos de hacernos pensar “Mmm… ¡Qué maricón!”, conmovió a todos en su tiempo y nos dio la lección que los hombres tienen corazón, sentimientos y lágrimas que no niegan ni se sienten avergonzados en mostrar. Si, ya sé que es una película, solo ficción. Pero el guión fue escrito por un hombre y ya sea por mercadotecnia o para reivindicar al hombre como un Ser Humano, fue un gran acierto. Mira, te voy a poner un ejemplo de cómo un hombre te puede enseñar que el amor verdadero, si existe. 

Kike es tu amigo del trabajo. A todos lados se acompañan y puedes confiar 100% en el. Le cuentas tus cosas y obvio el te cuenta las suyas. Y aunque es bastante atractivo, pues eso es lo de menos. Bueeno... ¡No tanto! La verdad es que te super levanta el ego la forma en que te ven las mujeres en la calle; la envidia que les provocas. Casi puedes escuchar sus pensamientos: "Maldita vieja, mírala que gorda está y ve nomás el guapishimo que se amarró". Ja. Obvio NO les vas a explicar que Kike solo es tu amigo. El que te ha visto en tu mejor momento, cuando te sientes como María Félix en sus años mozos pero que también estuvo contigo cuando te dio una gripe de aquellas en las que debes comprar papel higiénico por tonelada, que te deja la nariz más roja que la de Rodolfo, el reno de Santa. Sientes el cuerpo tan adolorido que hasta el aire te incomoda. Una fiebre... Que podrías cocinar palomitas de maíz para microondas, tan solo con ponerte la bolsa bajo el brazo. Los ojos llorosos e hinchados, como si hubieras visto Nosotros los Pobres 13 horas seguidas. Y para terminarla de amolar, también estabas en tus días. Pero como Kike es tu amigo, pues a ninguno de los dos les importa que te veas así porque no tienes que quedar bien con el. ¡Aah! Pero también sucede a la inversa. El día que el llegó a trabajar en calidad de “mimo” (completamente afónico), a ti te tocó llevarlo a la clínica, contestarle el cel. a su novia y ponerle la inyección de penicilina en salva sea la parte (¡Siempre quise utilizar esta expresión!). 

Las pruebas de amor de los hombres hacia las mujeres, han sido muchas y variadas a través de los tiempos. Django Reinhardth, un maravilloso guitarrista de jazz (propiedad 100% de mi hermana), sufrió graves quemaduras en la mano izquierda, que tuvieron como consecuencia su deformación permanente. ¿Por qué? Pues porque una noche, su casa se incendió y el entró en medio del fuego, sin importarle nada más que salvar a su esposa. El amor verdadero, es preocuparse por el bienestar del otro. 

Pero estábamos hablando de las enfermedades, ¿Verdad? Por esos días de mi gripa loca, mi queridísimo Kike se iba a ir con el amor de su vida (de esa semana) a un concierto de KISS, al que por supuesto me había invitado, pero obvio, yo no iba a ir. Digo, iba a ser la primera cita seria de mi amigo con esa chica y no pensaba hacerle mosca. Y con eso de la enfermedad ¡Claro que menos! Mi amiguito, había pasado más de dos meses hablando del concierto: El concierto por aquí, el concierto por allá... Hasta daban ganas de decirle -Ya sé que estas emocionado. Pero cállate que me tienes harto-. Creo que en el trabajo hubo por allí uno que otro que estuvo a punto de decírselo. Yo no lo hice porque ya sé como es de clavado mi amigo. Y estaba tan drogada por la medicina, que preferí ponerle más atención a los sabios consejos que me daba al oído Bob Marley. El viernes previo al concierto, Kike estaba insoportable. Como niño pequeño en víspera de Navidad. A la hora de salir del trabajo, nos despedimos como siempre; abrazo, beso (¡Si! ¡No le importa que ande mocosa, me sigue apapachando como siempre!) y por supuesto, con las recomendaciones que debe hacerle una amiga a su mejor amigo: Bro: Pórtate mal, cuídate bien, te quiero mucho y piensa en mí cuando estén tocando Detroit Rock City, ¿Va? 

¿Qué te imaginas que pasó? El sábado exactamente a las 11:32 p.m. (no se me olvidará jamás), sonó mi teléfono celular. Modorra por la medicina, la enfermedad y porque estaba en el quinto sueño, contesté como pude -¿Buedo?- Del otro lado, sonó la voz de mi queridísimo brother y de fondo, un ruido impresionante, como el rugido de algún animal salvaje –¡Siis. A ver si alcanzas a escuchaar!- De pronto, empezó a sonar la canción con la que le pedí que se acordara de mi. ¡Me llamó solamente para que la escuchara en vivo y en directo! Y déjame decirte que esa fue una llamada de larga distancia, porque el concierto fue en Guadalajara y nosotros vivimos en Colima. Obvio me emocioné como loca, lloré un poco y por supuesto empecé a sentirme mucho mejor. 

Y hablando de arte. Gala se convirtió en la musa de Salvador Dalí desde 1929, año en que la conoció. Ella era casada en ese tiempo. Y lo dejó todo para ir al lado del hombre que hizo todo tipo de extravagancias para llamar su atención: desde usar perfume de estiércol de cabra hasta mancharse las axilas con sangre. Poco después, ella dejó a su esposo para ir a vivir al lado de Dalí y creo que su historia de amor no terminó ni con su muerte en 1982. ¿Cuál fue el legado de éste amor verdadero? Las obras Maestras producto de la Adoración de Dalí hacia Gala. 

Lo del concierto, es solo una de las muchas cosas que Kike y yo hemos compartido. Somos pareja de baile en las fiestas de la oficina, cantamos a todo pulmón cualquier rola en la que el hace la voz masculina y yo la femenina (No, no es obvio. El alcanza notas mucho más altas de lo que yo pudiera soñar), compartimos un taco de frijoles cuando ninguno de los dos trae dinero suficiente para otra cosa (normalmente a final de mes). Somos cómplices de nuestras respectivas travesuras amorosas y cursimente dicho, hombro para llorar la pérdida de alguna pareja. 

Hace unos meses, subí a mi muro de face una foto de nosotros, donde nos vemos más que abrazados, entrelazados como diciendo: “La persona con quien aparezco, me importa. Hay de ti si le haces daño” y el pie de foto, lo resume todo: ¡Esto es amortz del bueno! Y es totalmente cierto. Lo que mi bro y yo sentimos, es un amor 100% puro, incondicional. Gracias al que no dudamos en ayudarnos y apoyarnos en los momentos difíciles y de abrir los ojos del otro por omisiones o errores que, como humanos, todos tenemos. 

¿Ahora me crees que el amor verdadero si existe? Aunque el piel con piel no tenga cabida entre nosotros, en realidad es lo de menos. Porque lo más importante es que, pase lo que pase, el estará a mi lado para apoyarme. Ese es el amor que me ofrece mi mejor amigo, mi bro. Mi Kike.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Hablar de Ciencia y Tecnología, se ha tomado como algo destinado exclusivamente para gente con doctorados y estudios en materias que los simples mortales ni en un millón de años luz podríamos entender. Pero eso, no es del todo cierto. La Ciencia y la Tecnología, nos rodean en todos los aspectos de la vida. ¿Lo dudas? Mira tu entorno y nombra una sola cosa que no tenga que ver con alguna de estas materias. ¿No verdad?

En todo el Gobierno y a todo nivel, saben que la necesidad de hablar de ciencia y Tecnología es una cuestión de primera necesidad. Los Legisladores, Académicos de las grandes y prestigiadas Universidades y hasta uno que otro politiquillo dentro de sus sesiones de Partido, discuten ampliamente qué es lo que se está haciendo para lograr que la Ciencia y la Tecnología en México, tengan un avance mucho mayor que el que ha tenido hasta ahora. Y es que de acuerdo con el atlasdelaciencia.org para 2009 había 15,000 investigadores científicos en México. Comparado con los 1,500 que había en 1984, pues es un salto enorme. Casi todos opinan que los recursos destinados a la Investigación Científica deberían ser mayores. Yo opino que, si les quitamos el 25% del sueldo a los Diputados y Senadores y lo distribuimos equitativamente entre los Investigadores y Divulgadores de Ciencia y Tecnología, podríamos, en menos de lo planeado, tener no solo la Agencia Espacial Mexicana tan nombrada últimamente, si no que activaríamos la Investigación Científica a un grado tal, que podríamos convertirnos en punta y envidia mundial. Por supuesto, ya no debo decir que pasaría si les quitamos los bonos, viáticos, compensaciones y demás dineros que se meten mensualmente al bolsillo, ¿Verdad?

La Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, es aprovechada como una de las múltiples formas en que se intenta atraer a los niños y jóvenes para que se acerquen a estas disciplinas. Pero no es suficiente. Se debe tener una Gran Cruzada Nacional de Divulgación Científica, quizá hacerla dos veces por año (como las semanas nacionales de vacunación), para que la gente pueda acercarse más fácilmente a la Ciencia; para que los niños se interesen en ella y la tomen como una opción y no como algo de lo que hay que correr, porque es mala, difícil y aburrida. Así como hay brigadas de artistas que visitan comunidades alejadas, llevándoles teatro, danza, artes visuales o música; ¿Por qué no llevarles experimentos científicos?

Los niños son por naturaleza, buscadores incansables de la verdad. Pero nosotros, horribles adultos, les quitamos las ganas de preguntar cuando por millonésima vez nos hacen la tan temida pregunta: ¿Por qué? ¡Caramba! Siendo tan fácil investigar en estos tiempos. Un googlazo y listo. ¡¡Toda la información que cabe en la pantalla es nuestra en segundos!! Y ¿Qué decir de las barreras mentales que metemos en sus cerebros ávidos de conocimiento, separando a la Ciencia y la Tecnología, de las capacidades del común de los mortales? Frases como: “Las matemáticas son muy difíciles” o “Debes estudiar mucho, porque todos reprueban química”, les hacen mucho daño. Y si a esto le sumamos el estereotipo que se tiene de los científicos (personajes medio locos, maniáticos, ideáticos, solitarios), pues es el tiro de gracia que nosotros mismos le damos al estudio de la Ciencia. Y después nos quejamos que nuestros hijos no entienden nada de nada, que reprueban Química, que la Física no les entra ni con lavativa…

¿Seremos entonces los adultos quienes necesitamos mas de la educación Científica y Tecnológica? Algunas disciplinas como la Programación Neuro Lingüística, proponen la modificación de las expresiones con las que nos referimos a algunos aspectos de la vida para, de esta forma, cambiar su impacto en la gente que las escucha. O sea, que no es lo mismo que lo mesmo. Ya es tiempo de utilizar este recurso con la Ciencia y la Tecnología, ¿No? Así vamos a programar, literalmente, a nuestros niños para pensar en función de que la Ciencia y la Tecnología son disciplinas hermosas y sencillas de entender, que no muerden, ni salen debajo de la cama para asustarlos. En internet se pueden encontrar muchos sitios de Ciencia para niños. Y si tú tampoco la entiendes, pues siéntate con tus hijos y aprende un poco más de lo que no te gustó en la escuela, porque a ti también te dijeron que era difícil. Hay tantos experimentos sencillos que se pueden hacer para reforzar los conocimientos que vas a ir aprendiendo, que después te va a gustar, te lo aseguro.

A lo largo y ancho del País, existen una gran cantidad de lugares a los cuales los niños pueden asistir y aprender de un modo lúdico acerca de Ciencia y Tecnología. Puedes llevarlos a cursos, museos o talleres en los cuales su único objetivo es el acercamiento de los niños a las diferentes ramas de la Ciencia. ¿Qué sabes tú si en el futuro alguno de tus hijos descubrirá la cura para una enfermedad terminal? Siembra en ellos la semilla del amor por la búsqueda del Conocimiento Científico. Por la libre investigación de la verdad.

Los que trabajamos haciendo Divulgación Científica, necesitamos de la ayuda de todos: Padres, Maestros, Gobierno, Instituciones Educativas y Medios de Comunicación, para lograr nuestro cometido. Es necesario cerrar filas, si queremos que éste País, logre un avance Científico importante en los próximos 25 años. No nos podemos quedar atrás, porque pensamos que nunca vamos a ser una superpotencia mundial. Trabajando con los niños de hoy, tendremos un País con un gran auge Científico mañana.

Y a lo mejor crees que para que en México haya competitividad Mundial en materia Científica, falta mucho. Pero por qué no, mejor cambias tu forma de pensar y dices: Cada día, estamos más cerca de tener entre los Mexicanos, a los mejores Científicos del planeta.

ATARDECER

Corrí por las casi obscuras calles de la ciudad, agradeciendo por el hecho de tener piernas. De poder disfrutar del paisaje de grandes edificios que crecen sin recelo y que me rodean, como queriendo protegerme de los rayos del sol de la tarde. Decidí que hacer deporte, era la forma ideal para olvidar las presiones de la vida diaria. Por eso comencé a correr. Para huir después del trabajo, para disfrutar de los paisajes que el sol iban dejando en las ventanas de los grandes edificios. Y en uno de esos momentos en que estaba embebida en la belleza, cuando tropecé con el.

Tomaba fotos. No imaginé que a alguien aparte de mi le gustara y apreciara el atardecer con paciencia y calma. Bueno, el lo hacía con paciencia y calma y yo lo hacía corriendo. Después de ofrecerle disculpa por haber chocado con el, nos presentamos. Sin darnos cuenta, comenzamos a caminar y a charlar de todo y de nada. Al anochecer, ya era cómo si nos conociéramos de toda la vida y no encontramos un motivo para no volver a vernos, así que desde ese momento, cada tarde pasamos juntos momentos maravillosos. No. Nada tenían que ver con amor. Sus gustos amorosos, eran los mismos que los míos y lo puso muy en claro desde el momento en que lo conocí. A mi tampoco me interesaba tener una relación con nadie, así que fue desde el principio, una amistad que se quedaría de esa forma.

Comencé a dejar de correr. Solo lo hacía para llegar más rápido al encuentro de mi amigo. Juntos observamos en calma el cambio de las estaciones y cómo se reflejaban en las ventanas de los grandes edificios. Ni siquiera la temporada de lluvia nos detuvo. Mientras los demás huían del agua, nosotros andábamos con paso lento sin dejar de charlar. Juntos celebramos la llegada de nuevos amores a nuestras respectivas vidas y lloramos su pérdida con desconsuelo. Rara vez nos hablábamos por teléfono y nunca faltábamos a nuestra cita vespertina. Sabíamos que debíamos encontrarnos, que necesitábamos hacerlo para seguir con nuestro paso a través del mundo.

Una tarde, todavía en la oficina, recibí un mensaje suyo. Lo único que decía la pantalla de mi celular, fue: “enloqueció”. Yo sabía a que se refería. Dejé todo y salí corriendo directamente a su casa. Su pareja, de quién sospechábamos un desequilibrio mental, le había golpeado a tal grado, que cuando llegué a su departamento, encontré un ser en el que difícilmente podía reconocer a mi amigo. Rápidamente lo llevé al hospital más cercano y hubo necesidad de quedarme dos días a su lado apoyándolo a curar sus heridas. De las físicas, se encargaban los doctores y enfermeras. Las que yo ayudé a curar, eran las emocionales, que fueron más hondas y que fue preciso suturar en diversas ocasiones, porque mi amigo creyó haber encontrado en esa persona al amor de su vida y fue un paso terriblemente difícil para el decidirse a que ejercieran acción penal en contra de ese monstruoso ser que no había respetado su persona.

Las únicas otras ocasiones en que no pudimos acudir a nuestra cita, fue cuando me casé y cuando mis hijos nacieron. Pero por supuesto, como mi amigo formaba parte importante de mi historia de amor, estuvo en primera fila en la iglesia para desearme felicidad eterna. En el registro civil, poco antes de casarme, me llevó aparte y me dijo: “Ya se que soy uno de tus testigos. Pero piénsalo bien y si no quieres casarte, no hay problema. Ahorita mismo paro un taxi y nos vamos de aquí a una cantina o a donde quieras”. Yo reí por su ocurrencia, pero con agradecimiento lo abracé hasta que llegó el momento de pasar a firmar el acta de matrimonio. El tomó las fotos de boda, las de la fiesta y se convirtió en parte de la familia. Mis hijos lo llamaban tío y mi esposo, cuñado. Era más que mi hermano, la parte de mi familia que nunca tuve cerca. Tan grande era nuestro cariño, que sin dudar, decidí llamar a mis hijos como el: La niña, Angela y el niño Adrián. Fue mi pequeño tributo a mi mejor amigo: Angel Adrián.

Nuestro cariño, creció con el paso de los años. Cuando encontró a su pareja ideal, también me convertí en testigo de su unión. Y poco antes de eso, decidí hacerle el mismo comentario que el me hizo años atrás: “Si no estás seguro, no hay problema. Ahorita mismo paro un taxi y nos vamos de aquí a una cantina o a donde quieras”. Era lo menos que podía hacer por el, corresponderle con el mismo amor que el me profesaba. Y el tuvo la misma reacción que yo: me abrazó con un cariño que solamente nosotros podíamos entender.

A pesar de nuestras respectivas vidas, continuamos creciendo y cambiando. El se convirtió en un fotógrafo de renombre y yo, en una escritora admirada en el círculo en que me desenvolvía. Muchos años después de habernos conocido, la pareja de mi amigo murió. Por supuesto, estuve a su lado para sostener su mano, para apoyarle en tan difícil momento. Mi esposo nos sugirió que viniera a vivir con nosotros, así que con alegría, mi familia aumentó a un miembro más. Fuimos muy felices estando juntos, ahora ya nada nos separaba: Vivíamos en un departamento tan grande, que allí mismo instaló su estudio.

Pasaron muchos años más y ahora me tocó a mi enviudar. Mis hijos han venido desde lejos para dar el último adiós a su padre. Mi Angela, con su esposo y su pequeña hija. Adrián decidió no casarse, pero asistió con la mujer con la que ha vivido los últimos cinco años. Se sienten tranquilos, porque saben que su tío, mi mejor amigo, está a mi lado.

No sé cuanto tiempo seguirá esta amistad. Creo que jamás en ésta vida podrá deshacerse. Hemos llegado a platicarlo y estamos seguros que, cuando los dos nos hayamos ido, seguiremos vagando por nuestras calles, admirando los edificios que han sido testigos de nuestra relación. Y por cierto, durante estos 40 años de amistad, nunca hemos dejado de salir a caminar. Es nuestro ritual, seguir siendo los mismos que, una tarde en la ciudad, se conocieron tropezando la una con el otro.

EPITAFIOS

Alina Velazco
1973-2073
Por fin sabemos dónde reposan sus nalgas.

Alina Velazco
1973-2073
¿No que hierba mala nunca muere?

Alina Velazco
1973-2073
¿Seguirá con insomnio? Pues que friega eterna.

Alina Velazco
1973-2073
¿No que nunca iba a ser delgada?

Alina Velazco
1973-2073
Aquí se rompió una jerga y Alina se fue a la ver…

Alina Velazco
1973-2073
Se atragantó con una enchilada y se la llevó la chin…

LA URBE

Dicen que la urbe se come a la gente sencilla. A la que trabaja con las manos, porque no tuvo otra opción y es lo que aprendió a hacer en el lugar donde nació. Porque es el oficio que les enseñaron sus padres, porque tenían que ayudar a la familia desde que supieron caminar.

Dicen que la urbe vuelve mala a la gente buena. A la que no tiene estudios, porque en sus vidas era prioridad el trabajo y suficiente con aprender a contar, leer y escribir. A la gente que no tiene un papel con un apodo legal como Licenciado, Arquitecto o Doctor enmarcado y colgado en la pared.

Dicen que la urbe arremete contra tu alma, la corrompe, la compromete. Se te va metiendo en las venas y transforma tu sangre en veneno que la vuelve negra, con un olor a humo de auto y sonidos de embotellamiento vial.

A mi, la urbe me vio nacer. En ella di mis primeros pasos hacia la escuela. Me vio correr a los camiones, ante las inminentes llegadas tarde por efecto del tráfico y la falta de auto cuando mamá aún no se animaba a manejar.

Y los pastos de sus camellones me sintieron cuando en varias ocasiones me senté a comer salchichas con mi madre y mi hermana, porque esa eran nuestras salidas y diversión cuando papá por fin decidió dar el paso y se fue de nuestras vidas. Entonces, a los nueve años, la urbe me vio convertirme más que en protectora de mi hermana menor, en su aliada, su cómplice, casi su otro yo.

El transporte público de esa urbe, me vio transformarme leyendo a Marx, Lenin, Mao, en una persona con ideales, que gritaba por ellos a la menor provocación. Que defendía lo que consideraba sus derechos y no permitía que no fueran tomados en cuenta. Así mi urbe fue testigo mudo de las marchas en que participé, de mis cantos al “dos de octubre, no se olvida” y del clamor “libertad a presos políticos”.

Pero la urbe de mi corazón, también me vio enamorarme. Cada semana de alguien nuevo, en cada ocasión de alguien distinto. Y cada uno, más desaliñado que el anterior, pero no por suciedad o moda, si no porque era nuestra modo de expresar que eramos distintos. Eramos artistas. La urbe también vio nacer esa inquietud en mi. Mis ansias o necesidad o necedad de expresarme por medio de la palabra escrita. Pero no las vio madurar. Porque tuve miedo de no ser suficientemente buena y de que la urbe, el gran monstruo, de un solo bocado me comiera.

Y me vio transformarme en alguien como cualquiera. Trabajar en una oficina, de lunes a viernes, de 8 a 6. Durante cinco años, esa fue la rutina. Salir temprano de casa, llegar muy tarde a ella. Perder mi identidad y hacerme una con la masa gris de personas que se arremolinan ante las puertas del metro. Que pelean por un espacio mucho antes de haber entrado a trabajar, por un empleo mucho antes de haber salido de la universidad.

Pero una lluviosa tarde de Julio, la urbe me vio correr al encuentro del amor. Conocer al hombre con el que pasaría mi eternidad, caminar al lado del que sería el padre de mi descendencia. Me vio huir a sus brazos cuando nadie quiso que nos casáramos y fue cómplice de la felicidad de mi propio cuento de hadas. Y una mañana, la urbe escuchó a mi esposo preguntarme si quería tener un hijo con el. Ese fue el momento de decidir: hacer una familia o quedarme a vivir en ella.

No huí de allí. Simplemente elegí la vida sencilla de un lugar un poco menos grande, sin tanta gente. Pero mi urbe, generosa como solo ella, cada verano me recibe como ha recibido a tantos otros, con los brazos abiertos y un lugar en su cada vez, más atiborrado entorno, un espacio para estar. Una oportunidad para ser. Cada persona en ella tiene esa oportunidad, aunque algunos no la hayan sabido apreciar.

Y la urbe, sin el menor asomo de celos, me dice: Aquí sigo. Creciendo a un ritmo alarmante para algunos, pero siempre con un sitio para ti. No importa que hayas elegido a mi hermana menor para crecer y ser alguien. Cuando te veo, me siento orgullosa porque yo te enseñé las bases de lo que ahora eres.

La urbe, no es un monstruo terrible que acaba con todo lo que se le acerca. La urbe es un ente con vida propia, por cuyas arterias corre la energía de los 8,851,080 de seres que la conforman. ¿Cómo no poder hablar de diversidad con ese número de personas? Si es una de las urbes más grande del mundo. Ella es una madre amorosa que no te retiene, que sabe dejarte ir porque tiene la certeza de que tu momento de emigrar ha llegado y es lo mejor para ti. Solamente eso.

Es la razón por la que no extraño la urbe. Porque ahora se que alejarme de ella fue la decisión correcta. Mi alma creció, obtuve el coraje suficiente para ser y gracias a eso, logré despertar a la escritora escondida en mi. Y no importa cuán grande sea el amor que siento por esta ciudad en que ahora vivo, porque aunque estoy lejos, mi corazón alcanza para aun amar a la urbe que me vio nacer.

LA METRÓPOLIS

Como en esa película muda en blanco y negro, comencé por horrorizarme por la inmensa población de la ciudad. Dormí tanto tiempo, que el despertar me llevó a conocer un mundo que no creí pudiera existir. Pregunté exactamente que fecha y hora era a la enfermera que con cara hosca, me miraba. Secamente contestó: Cómo usted lo solicitó, es 11 de junio de 2173. Mi bicentenario. Reí aunque al parecer, a la enfermera no le hizo gracia. Alguien escribió el hombre bicentenario y ahora yo era la mujer bicentenaria. Ok. No es algo tan simpático después de todo. Una semana después, salí del centro de criogenia o congelamiento, como le decíamos en mis tiempos. Jaja. ¡Mis tiempos! A pesar de tan solo tener 40 años, ya era una ancestra. No formaba parte del movimiento tan grande que sucedía a cada momento en La Metrópolis. ¡En qué poco tiempo desaparecieron las ciudades pequeñas o grandes! ¿Cómo pudo ser que en solo 200 años ya no existiera el campo? Las flores y arboles, se convirtieron en parte de la historia. Todo por culpa de la industrialización. Nadie quiso hacer caso cuando se les dijo que esto podría suceder. Y ahora, La Metrópoli cubría cada centímetro de tierra habitable.

¿Dónde quedaron los árboles? ¿Los ríos, las cascadas? Ahora todo era parte de La Metrópoli. Decidieron llamarla así, para evitar conflictos entre los antiguos estados por el nombre, según me informó la mesera de la cafetería a donde entré a comer mi primera comida de verdad desde que fui descongelada. El problema de la contaminación, había sido resuelto hacía 50 años. Ahora se utilizaba al 100% la energía solar para mover lo que fuera.

Pero, si no hay campo, ¿Cómo es que logran tener alimentos? – pregunté. La respuesta estaba en las azoteas de los edificios. Cada una era una parcela en la que se sembraba de todo. Bueno, casi. Ni flores ni árboles ornamentales. Eran considerados un estorbo, por ser improductivos y ocupar espacio para la comida. Y en el interior de los departamentos, tampoco se podía tener plantas, a menos que fueran estrictamente comestibles, porque las ventanas no existían. Todos los rascacielos estaban cubiertos por celdas solares, para proveer de energía a todos los habitantes de la Metrópoli.

Nadie caminaba a menos que fueran distancias cortas. La bicicleta había sustituido al automóvil y había miles de líneas de tren ligero que te podían llevar de un lado a otro de La Metrópolis con comodidad y autobuses colectivos eléctricos. Pero aunque la gente vivía apretada una contra otra, no se conocían entre ellos. En eso no habían cambiado las cosas.

Pero no todo era malo en esta nueva sociedad. El crímen había desaparecido por completo. La gente se había dado cuenta que no era necesario delinquir para obtener lo que deseaba. Así que rápidamente me incorporé al mercado laboral con un sueldo excelente. En esta realidad Todo lo era. No existía la pobreza. No entiendo cómo, pero se había logrado. Igualdad y paz social.

Irónicamente, las personas tenían más tiempo para convivir entre ellas, porque las distancias ya no eran problema y porque la mayoría de las personas trabajaban desde casa. Las que necesitaban salir, lo hacían en un abrir y cerrar de ojos. Pero casi todo lo que se compraba, se hacía desde la comodidad de casa, por medios electrónicos. El teléfono había desaparecido dando lugar a las video conferencias. Todos eran felices. ¡En qué poco tiempo se había logrado! 

Pero a pesar de todo, extrañaba. A mi familia, los árboles, la naturaleza. Todas las cosas bellas que disfruté por tantos años, ya no estaban. ¿Qué me hizo decidir congelarme, si tanto amaba a mi gente? Mi hija, sus hijos y el amor de mi vida, hacía muchos años que se habían ido. Pensar eso me entristecía. Una tarde, en que la desesperación y soledad me hicieron perder la cabeza, subí a un rascacielos y sin pensarlo dos veces, me tiré al vacío. No sentí miedo, no sentí nada. Un segundo antes de tocar el suelo, cerré los ojos y después, de nuevo nada.

Abrí los ojos. Lentamente me fui incorporando al mundo. Una enfermera me saludó, sonriéndome – Bienvenida de nuevo a la vida. Hoy es 11 de junio de 2173 en Metrópolis. Es el día que usted pidió ser regresada -. ¿Había sido un sueño lo que ya conocía de La Metrópolis? – Su hija y su esposo la esperan afuera. ¿Quiere que los haga pasar o prefiere despertar por completo? Entonces recordé. Los tres nos habíamos congelado como parte de un experimento. No estaba sola. Lo que había pasado por mi cabeza anteriormente, había sido parte de un sueño. Y ya nada importaba, porque los tenía conmigo. Era el momento de re comenzar de nuevo, en la Metrópolis, desde cero.

miércoles, 14 de octubre de 2015

FAUNO

Sueño ser la mariposa que sobrevuela la superficie de tu piel,
libando tu dulzura.
Que con sus alas hace florecer sensaciones olvidadas.
Pero eres tu quien viene a mi como el zunzún,
buscando el nido de mi entrepierna;
quien me ha hecho recordar la hembra que soy.

Despiertas mi Eros de su largo invierno
y te pierdes en mi como los atardeceres del verano.

Dulce fauno-hombre.
Haces manar el vino de la gracia, de los elegidos.
Libas a libre demanda del vino de mi entre pierna.
Eres aquel que viene a las copas de mi pecho
a beber esa santidad que hay en la esencia de mis pechos.
Que se ofrecen virginales a tus besos.

Te escucho en la ensoñación de un susurro:
“Mariposita mía. Te voy acariciando las alas sorprendidas con mis besos”.
Y es tu boca la que me hace ir cayendo en ese dulce desmayo.
“Dame la breve muerte de tus orgasmos
para resucitarte nuevamente en la punta de mi espada”.
Espada que da vida y en el movimiento de tu éxtasis,
me hace ser de nuevo esa mujer que perdí en el tiempo.

Me bautizas de otro modo, en el nombre de nuestros sexos, poseídos.

Hoy soy la ninfa de tus deseos impuros.
Aunque mañana, cuando otro hombre-fauno se establezca en mis dominios,
Ahogue su nombre en el primer suspiro que tenga de tu memoria.

jueves, 8 de octubre de 2015

LA HERMANDAD

Una biblia del siglo XIX y una edición de Don Quijote de 1800, ilustrada, eran los representantes de los 687 ejemplares que formaban la Hermandad de los Libros con Experiencia. Conforme iban llegando a la tienda de libros usados, ellos eran los encargados de darle la bienvenida al nuevo elemento. Le recibían con amor y con el respeto que merecían. Excepto a Fahrenheit 451 y a Los Hornos de Hitler. A ellos los recibieron con miedo. También tenían experiencia y ninguno de los habitantes de la librería quería que la usaran.

miércoles, 7 de octubre de 2015

AZUL

Llegas vestido de color azul
y te sientas a los pies de mi cama.
me observas en silencio.
Yo hago como que duermo.

A la luz de la luna llena,
tejes con mis memorias
una bufanda que ciña mi garganta
que sofoque mis palabras
y me impida respirar.

Es tanto el dolor,
que hasta las lágrimas se atoran
aunque los ojos se rebosan.

Te acercas y me abrazas.
Me consuelas y cantas un arrullo a mi oído.

Y no quiero
pero comprendo que regresaste
para quedarte un buen tiempo.

No me queda más
qué dormirme en tus brazos.
Mi odiado amigo,
mi demonio del desamor y la tristeza.

martes, 6 de octubre de 2015

UNA CAMA

En tus noches,
que son mis días,
deseo que me sueñes, me tengas presente.

¿Cuántas veces he querido
amanecer junto a ti,
en esa tu cama
que es para dos,
como la mujer en quien ansío convertirme?

Aquella que sacia tu mente
y seca tu piel a besos.
Y vuelve a humedecerla con caricias.

La que despierte
entre nuestros libros,
el color de las pinturas de la pared
y tus brazos; con ganas de amor.

La que vela
tu febril estancia
en esos mundos perversos
de frío intenso.

Pero sobre todo,
la única que te haga sentir
que vale la pena estar aquí.
Compartiendo el café de la mañana
y los besos de buenas noches,
antes de ser uno.
En el mismo cadencioso espacio de tu cama,
que es nuestra.

A pesar de nunca antes habernos tocado
más que con el aura y el deseo.

lunes, 5 de octubre de 2015

LA NEVE

Toca tu ventana
con un murmullo casi inaudible.

Mientras a la mía
llega una lluvia intensa.

Tu nieve me habla de un lugar sereno,
mi lluvia te grita de un gran tormento.

Así son nuestros corazones,
desde luego.

BELLU

Silencio.
Tan pronto entras,
te invade.
Aquí está lleno aunque no hay nadie.

Silencio.

Silencio para presentar con ceremoniosa actitud,
el vals eterno,
en el que la novia toma tu mano
y te lleva a danzar.
Y danzar. Y danzar.

Silencio.

Para que los pasos del cortejo
te lleven al lecho de piedra,
y cierren tus ojos,
recitando,
musitando,
lamentando.


Y luego más silencio.

viernes, 2 de octubre de 2015

A TUS BRAZOS

Me arrojé a tus brazos
como no queriendo que te fueras.
Para fundirme con ellos
y que me dejaras ser tuya.

Te sentí y cerré los ojos
pero me di cuenta
que habías sido solo un sueño.

Ahora busco ese sagrado momento
en que cada noche
me arrojaré a tus brazos.

CIUDAD JUÁREZ

Se busca.
Desaparecida.
Alerta Amber.
Y a los dos días o tres,
pero indudablemente,
las encuentran.

Envueltas en una cobija o desnudas.
En trozos o angelicales. Pero muertas.

Y las autoridades en Juárez que no pueden hacer nada.
O no quieren o no saben.
No recuerdan que ver y callar las hace cómplices.

A Ciudad Juárez siguen llegando valientes
que buscan una oportunidad de vida;
muchas encuentran una certeza de muerte.

¿Y los hombres?
¿Dónde están los que antes defendían a sus mujeres?

No se cómo siendo hermanas de género
LAS autoridades no detienen
LAS cifras en aumento de
LAS muertas de Juárez.


jueves, 1 de octubre de 2015

COMERTE

No te puedo ni pensar
sin sentir esas ganas de comerte,
de tomar tu piel
como en una revolución sin tregua.
Sin permitirte el modo de reponerte.

Me gusta que inundes mi cuerpo
(que empata perfectamente con el tuyo)
y que se mueve al mismo ritmo
lento...
Gozoso...


Aprendiendo mis caminos
hacia el punto exacto
del húmedo placer.