miércoles, 14 de octubre de 2015

FAUNO

Sueño ser la mariposa que sobrevuela la superficie de tu piel,
libando tu dulzura.
Que con sus alas hace florecer sensaciones olvidadas.
Pero eres tu quien viene a mi como el zunzún,
buscando el nido de mi entrepierna;
quien me ha hecho recordar la hembra que soy.

Despiertas mi Eros de su largo invierno
y te pierdes en mi como los atardeceres del verano.

Dulce fauno-hombre.
Haces manar el vino de la gracia, de los elegidos.
Libas a libre demanda del vino de mi entre pierna.
Eres aquel que viene a las copas de mi pecho
a beber esa santidad que hay en la esencia de mis pechos.
Que se ofrecen virginales a tus besos.

Te escucho en la ensoñación de un susurro:
“Mariposita mía. Te voy acariciando las alas sorprendidas con mis besos”.
Y es tu boca la que me hace ir cayendo en ese dulce desmayo.
“Dame la breve muerte de tus orgasmos
para resucitarte nuevamente en la punta de mi espada”.
Espada que da vida y en el movimiento de tu éxtasis,
me hace ser de nuevo esa mujer que perdí en el tiempo.

Me bautizas de otro modo, en el nombre de nuestros sexos, poseídos.

Hoy soy la ninfa de tus deseos impuros.
Aunque mañana, cuando otro hombre-fauno se establezca en mis dominios,
Ahogue su nombre en el primer suspiro que tenga de tu memoria.

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