Me arrojé a tus brazos
como no queriendo que te fueras.
Para fundirme con ellos
y que me dejaras ser tuya.
Te sentí y cerré los ojos
pero me di cuenta
que habías sido solo un sueño.
Ahora busco ese sagrado momento
en que cada noche
me arrojaré a tus brazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario