martes, 16 de octubre de 2012

UN TROZO DE SUEÑO URBANO

Amor de la calle
lento, prohibido. Que no comprende su irrealidad.

Obsesión del aire
y de la tierra que no me permite amar.

Dicen que los árboles,
cuando más alto estén sus ramas,
más se comprenden entre si;
árboles que caminan
y que tratan de suprimir sus retóricas monótonas.

Siento no haberles leído
y esa falta se tomó
como parte de la ensoñación
que medita a través de mi.

Porque muchos de los que ahora no están aquí,
no se transforman
en energía catalizadora de sentimientos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alina, cuando leo lo que escribes pienso que debes seguir escribiendo para deleite de nosotros.