miércoles, 2 de septiembre de 2015

EL

Lo beso lento y suave.

Como si el tiempo no importara.
Mi lengua juega con la suya.
Mis dedos con sus cabellos.

Lo beso.
Y el mundo se acerca,
se pierde nuestra diferencia
entre los sonidos cadenciosos,
húmedos
de nuestro encuentro.

Lo beso.
Y no hay silencio ni sonido.
No estamos en obscuridad
porque nos alumbra el fuego de nuestros cuerpos abrasándose
mutua, lenta y pausadamente.

Se acaba la distancia y no hay tiempo.
Solo mi alma,
besando la suya
a pesar de encontrarnos físicamente lejos.

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