Lo beso lento y suave.
Como si el tiempo no importara.
Mi lengua juega con la suya.
Mis dedos con sus cabellos.
Lo beso.
Y el mundo se acerca,
se pierde nuestra diferencia
entre los sonidos cadenciosos,
húmedos
de nuestro encuentro.
Lo beso.
Y no hay silencio ni sonido.
No estamos en obscuridad
porque nos alumbra el fuego de nuestros cuerpos abrasándose
mutua, lenta y pausadamente.
Se acaba la distancia y no hay tiempo.
Solo mi alma,
besando la suya
a pesar de encontrarnos físicamente lejos.
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