domingo, 16 de enero de 2011

LA NOCHE

La noche nunca ha sido mía.
De niña sentía miedo de la obscuridad.

Quería dormir tranquila, pero también
(si despertaba),
quería que acabara pronto.

Y cuando crecí,

si sufría,
deseaba que durara eternamente.

Pero ella nunca me ayudó.
Se iba.
Y yo debía seguir,
siempre,
seguir despierta.

La noche me hace pensar
y los demonios regresan
de aquel lejano lugar, 
que tanto amo, pero que se perdió,
dejándome a merced de lo que soy,
y que no he logrado reencontrar...

1 comentario:

Gerardo Andersen dijo...

La noche es mi aliada. Porque me ha dado la fortuna de leerte y eso, es complicidad, hermosa.